La Vida en el AHORA

LA VIDA EN EL AHORA
Liberado todo desequilibrio kármico, llegamos al siguiente proceso, ese en el que la Vida en el AHORA CUÁNTICO, va a ser nuestro exponencial lugar de expresión. Para ello, tendremos que ser conscientes de los procesos que como Alma, hemos vivido, mientras nos hemos gestado como tal. Es el Despertar del Navegante, la resonancia con la Consciencia Cósmica, creciendo a la par que el Cosmos se hace Consciente de sí mismo. Es el ser Conscientes del Misionero que se entrega al Espíritu y crece, siente y se expresa como perfecto reflejo del mismo.
La increíble Constelación de la Osa Mayor, nos va a hablar, a través de cada una de las Estrellas principales que forman el hermoso carro, en el que entre todos hemos evolucionado el Amor Verdadero.
Alkaid, Mizar, Alioth, Megrez, Phekda, Merak y Dubhe, son quienes al final nos van a desvelar el precioso Espíritu de la 8ª Divina La Estrella Polar, el Ser que tiene el más inmenso corazón, que como MADRE de Todos va a ser, junto con el PADRE, los precursores del siguiente Universo evolutivo, al que nos dirigimos. Buen viaje. Nos vemos Aquí y Ahora.

Meditación del Sacrificio


6º Encuentro Quorum Osa Mayor

Únicamente cuando el Ser ha alcanzado la Sabiduría – habiendo cruzado la indefinible “Tierra de Nadie”, donde se habrá desprendido de todo tipo de pertenencia, posesiones y apegos, así como de todo comportamiento y acción, vinculada a los intereses del mundo material – cabe la probabilidad de penetrar en este 5º Universo, donde se experimenta aquello que conocemos como SACRIFICIO.

Si traducimos correctamente esta palabra, su significado es ACTO DE AMOR, podemos encontrar que la Real Academia de la Lengua Española, lo describe como “Acto de abnegación inspirado por la vehemencia del Amor”. Así podemos sentir como ni la mente ni las palabras tienen la capacidad de definir su verdadero sentido. Los intereses religiosos, pseudoreligiosos incluso antireligiosos, han convertido al Sacrificio en algo propio de lo más instintivo. Podemos ver como en procesiones, el hombre se fustiga hasta maltratar su cuerpo en la creencia de que a través del dolor se llega a Dios. Nada más alejado de la Verdad. Ni la pena, ni el castigo ni ningún tipo de fustigación o humillación, ni física ni emocional forman parte de la Verdad de esta riqueza, que ha sido relacionada directamente con la muerte y el victimismo ante el poder del Espíritu.

Este arquetipo, profundamente arraigado en el Inconsciente Colectivo, es preciso - a estas alturas de la evolución de la Conciencia - aniquilarlo. Este es el único modo en el que podremos descubrir su Verdadero Poder, el que en Verdad nos acerca a Dios.

Sacrificio es Triunfo absoluto sobre la materia. Es Entrega. Es Dar sin esperar recibir nada a cambio. Es Amor Incondicional. Es Estar y Ser en Unicidad. Es poner a disposición de Dios todo nuestro Ser y todo nuestro Saber, para formar parte activa de su Plan de Creación. Es mostrar, enseñar, educar, es convertirse en un referente a seguir, es renunciar a lo personal en post de la Totalidad, es velar, amparar, sanar, portar la justicia divina en nuestra voluntad, es erigirnos como observadores, actuando con todo nuestro potencial. En resumen, es traer lo más Sagrado a la densidad, con el objetivo de que se pueda conocer la Divinidad.

En el 5º Universo Experiencial - el que se conoce como la Raza Raíz Aria – es decir, la actual, la que estamos transformando en la Raza del Humano-Cósmico, al que nosotras como Escuela, denominamos Raza Nanahan – que significa Soy Uno con Dios – disponemos de la gran oportunidad de convertirnos en esos misioneros que dedican su vida al prójimo, con la única intención de mostrar una forma de vida mayor.

Hemos dejado de ser Navegantes, ya hemos atracado en puerto, estamos posicionados en la Conciencia. No existe duda en nosotros. Nada externo nos puede continuar arrastrando hacia lo que ya no resuena con nuestra Gran Alma. La posición del Observador es vital en este proceso. Somos capaces de estar presentes en el conflicto y no dejarnos llevar por la emoción que se desencadena. La Compasión y la Verdad son nuestras mejores compañeras. Actuamos como lo haría el Maestro y en silencio nos retiramos, permitiendo que cada cual sea responsable de sus acciones y de sus pensamientos.

Superado este proceso, seremos capaces de colocarnos frente a frente de Letzbah, ese increíble Ser, que dedicó su existencia a bucear en el mundo astral con el objetivo de conocer la Causa –Efecto de cada Entidad. Él en su vital conjunción con la más elevada Verdad de Dios, fue quien veló por el Equilibrio Universal, siendo testigo y conocedor de los Akásicos, para que estos fueran reconducidos a cada paso, a través de sostener su Amor y Entrega hacia la Dama que creció viviendo de cerca, los efectos de la maldad y la ignorancia.

Liriah, la única y la primera que tras arduas batallas, consiguió reconocer el Amor Verdadero, pese a no haber recibido una insignificante pizca de ello, mientras cruzaba los caminos que el destino puso ante su crecimiento. Ella fue quien en su experiencia, consiguió comprender que para ser libre, el mal tenía que poder ver su grandeza. Así sola, sin apoyo, sin temor, sólo con la madurez de su gran Corazón, derrotó frente a frente a quién siempre la oprimió. Sólo tras este poderoso episodio, fue capaz de sentir la pasión de Letzbah y comenzar a confiar en Él.
Únicamente, tras este Encuentro, todo cambió… la Paz penetró en ellos y con el motor de su unión, pudo desvelarse al misionero. Aquí comienza Todo lo nuevo.

Misioneros… feliz viaje…

Comenzamos…

Concentrados y en silencio, nos conectamos con la Multidimensionalidad del Ser. Sentimos como cada fase, cada plano, cada ritmo y cada átomo, se convierten en una Unidad indisoluble. El Corazón del Planeta y el nuestro, sostienen ahora y para siempre, idéntico ritmo. Así mismo y muy lentamente, nos integramos en el ritmo cósmico y nos permitimos fluir en él. Sentimos como somos guiados por el Espíritu. Sentimos una gran dicha por ello.

(pausa)

Nuestro Espíritu nos quiere mostrar algo que permanece oculto en los Akásicos. Para ello nos conduce a lo largo y ancho del Tiempo, tanto es así, que llegamos a sentir que no sabemos dónde realmente estamos. Nos permitimos viajar a través de esta impresionante línea de Tiempo, mientras disfrutamos de las múltiples sensaciones que nos despierta la inmensidad del Corazón que trazó estos planes, para nuestra riqueza.

 (pausa)

Un silencio infinito nos envuelve, hemos llegado…

Nos arropa una Luz muy especial. Cuando intentamos mirar a nuestro alrededor todo nos parece nuevo, pero al mismo tiempo sentimos que ya hemos estado ahí. Aparcamos este sentimiento que no se puede definir y continuamos caminando por este lugar tan especial. Nos adentramos en un Bosque. Se trata de un frondoso lugar, desde el que se puede escuchar el fluir del agua de arroyos y fuentes. Inmensos parterres de diversas flores, se abren a cada lado del camino.

Sentimos que estamos en algún lugar en el que todavía no hemos vivido. Estamos cruzando por las realidades que nos tiene guardadas el destino. Estamos en una probabilidad de futuro. Nos sentimos pletóricos. Se trata de un paraje hermoso, ese con el que siempre soñamos. Cuando miramos al Cielo, observamos cómo se describen preciosas formas que crean unas nubes de luces que no conocemos. La atmósfera, los colores, todo es ajeno. Continuamos caminando y disfrutando del entorno. Nos permitimos descubrirlo todo.

(pausa)

Alcanzamos lo que parece una casa aislada, rodeada de una valla de arbustos, al cruzar la entrada, de repente todo cambia, es como si ahora estuviéramos en el pasado, en una casa que algún día habitamos. Podemos reconocerla, podemos sentir los aromas que allí quedaron encerrados, podemos escuchar palabras que allí se compartieron. Podemos vernos a nosotros mismos y a nuestra familia, aunque somos conscientes de que todavía no estamos todos.

De repente, notamos el olor de un sabroso guiso que un maduro señor está cocinando. El anciano, de altura considerable y de arrugadas manos, está acuclillado ante un fuego hecho dentro de una gran chimenea. Da vueltas a los ingredientes. El aroma de especias lo invade todo. Se nos abre el apetito. Se gira, nos guiña un ojo, sabe que es nuestro guiso preferido. Entre todos los presentes preparamos la mesa para el ágape. Hay mujeres, niños y jóvenes. Somos una gran familia, que en unión, convivimos, alimentándonos de aquello que nos regala la tierra, el aire, el agua y el Sol.

Sentados a la mesa, compartimos ideas, experiencias y sobre todo aquello que nos llena de gozo. El ambiente es tan acogedor que nunca nos podremos olvidar de que un día conocimos el Hogar.
Llega el atardecer, empieza a caer el Sol, alguien está ocupado escribiendo algo. Entre murmullos, escuchamos claramente el siguiente texto, es el sentimiento que un compañero dejó escrito en los éteres del Cielo, para que a lo largo del Tiempo, fuera recordado:

                      “Sentado, esperaba a que la Luz de ese inmenso Sol alumbrara, aquello que en su día, el vil canto sin esperanza, apagara, impidiendo que los rayos alcanzaran a todas las Almas.
                    Sentado, esperaba a que las bellas e intensas Odas de la Esperanza, regresaran, que volvieran para recoger cada pétalo que dejaron caer, cada lágrima que con orgullo, derramaron con Todo su Ser.
                    Sentado, esperaba a que los cánticos celestiales se escucharan, a que los flashes estelares anunciaran, que los días de Gloria se acercaban y que todo el que había cultivado su Rosa, pudiera Ahora mostrarla”.
Nos quedamos sintiendo profundamente el significado de estas palabras, que como halos de esperanza, resuenan en nuestro Corazón.

(pausa)

Una fina lluvia parece caer, hay niños jugando cerca, les advertimos que se refugien en el Hogar. Entran corriendo. Desde la misma puerta, podemos observar como una mujer, no quiere entrar. Le preguntamos qué ocurre. Nos dice que su Hija todavía no ha regresado. Siente enormes deseos de abrazarla. Se trata de la Madre de Liriah.

Todos en este Hogar sabemos, que mientras Liriah no vuelva, no nos sentiremos eternos. Otras madres y padres, se acercan. Comienzan momentos de plegarias. Se escuchan oraciones que dan las gracias, sintiendo que aquello que desean ya se ha cumplido. Nos damos cuenta de que aquí no se vive en la carencia. Se tiene la absoluta certeza de que el anhelo ya es un hecho.

Gracias a la sabiduría de todos estos corazones, la probabilidad se crea y de forma mágica, todo cambia.

De repente vemos como una muchacha camina decida por el borde de una cañada, está espléndida, se siente tan dichosa y generosa que no sabe cómo hacerles saber a todos que la magia está con ella. Por fin, ha tocado a Letzbah, por vez primera lo ha palpado, ha conocido a quien supo todo de Ella.

Se escucha una sintonía. Alguien la sujeta con fuerza. Ella sin dudarlo se Entrega. Los pies de ambos oscilan, se balancean siguiendo el compás de la música que suena. No hay tiempo, todo es eterno, no existe más momento, que ese que ambos están viviendo.

Al instante en el que se crea ese vínculo en el Espacio, las múltiples vidas de ambos se encuentran. Los finales inacabados se desvanecen, para recomponerse de nuevo en un final verdadero. El Sacrificio que ambos hicieron, tiene un sentido de orden perfecto.

Las puertas del Hogar están abiertas, penetramos igual que lo hacen ellos. Cada instante que transcurre somos más los que alimentamos la lumbre, donde se cocina el alimento.

Esta vez es una anciana la que teje un precioso tapiz de lana. Muy pronto estará acabado, para que pueda ser visto por todos. Nos esboza una preciosa sonrisa, nos recuerda que nos vimos en muchas otras vidas. Le sonreímos, transmitiéndole toda la alegría que nos da el poder vernos de nuevo.
Son ya muy pocos, los que todavía no han vuelto. Las plegarias se confunden, igual que lo hacen los sueños. Nadie desfallece, todos sabemos que el triunfo del Sacrificio es un hecho.

Las galeradas de seres de Luz que en su día partieron para llevar consigo la Verdad de los Cielos, están regresando. La Gran Familia está viviendo sus días más espléndidos, esos en los que la Gloria, formará parte del pretérito.

Nos quedamos en silencio, permitiéndole al Corazón sentir lo que este proceso representa para nuestro Ser.

(pausa)

Los cánticos del precioso Templo podían escucharse por doquier. Los presentes acudíamos en unión a sentir el Amor y la Devoción que ha quedado imprimido en nuestro Corazón. Nos reunimos en la gran vaguada en la que se levanta la cúpula que construyeron los Arquitectos de los Templos. Al penetrar, nos quedamos atónitos ante el más bello e increíble Cerezo. Cada flor, cada pétalo, cada rama, cada uno de los misterios que guarda, son el reflejo del gran sacrificio hecho por las Sacerdotisas de los Templos. Situados rodeando el cerezo y cantando con una única voz, somos testigos de cómo generamos las más mágicas oleadas de Amor.

(pequeña pausa)

Alguien camina hasta el mismo centro y abriendo su Corazón solicita dirigirse a Dios. Sentimos a Liriah en todo nuestro fuero, nos unimos a sus palabras, dejándolas grabadas para que aquello que un día fuimos, también pueda recuperarlas.

“Padre- Madre quiero decir algo:
Tengo que confesar que no temí al dolor. No temí al Amor. Sólo temí no ser capaz de regresar a Ti. Hoy sé que sólo lo logré, el mismo día en que dejé de temer. Entonces, llegué, te abracé, me abrazaste y desde ese mismo instante comprendí que jamás nada volvería a separarme de Ti. Me miraste, te miré, mientras mi Corazón ardía hasta no dejarme ver. Y así ciega, tras recuperar mi verdadero sentir, supe que AHORA Y SIEMPRE, te expresarías a través de mí. Conocí tus planes, me atreví a mirar aquello que sólo la Luz de tus Ojos puede atravesar. Y entonces supe que tenía que volver a aquel lejano lugar. Tenía que volver a alejarme de Ti, sabiendo que no me abandonarías, que siempre estarías ahí. Ese fue mi Sacrificio, esa fue mi Entrega, esa fue mi Escuela, sólo así pude llenarme de Fe, sólo así pude volver. El Amor que siento por Ti, es tan poderoso, que nada de lo que me pudiera ocurrir, me iba a hacer dudar de tu plan. Así, imbuida por este sentir, me lancé a la aventura, sin conocer y sin temer. Y aquí estoy, libre y completa. Sólo Tú eres capaz de mostrar que si se Ama se consigue Crecer, sabiendo que para ello, tienes que abandonar todo lo que a lo largo del trayecto creímos atesorar. Padre – Madre, he regresado a Ti, estoy aquí, con la certeza de que jamás me volveré a ir.”
Nos quedamos en silencio, sintiendo profundamente este Sagrado momento en el que estamos accediendo a la Conciencia de nuestro Pueblo. En nuestro interior podemos sentir como nuestra voz interior repite una y otra vez SOY UNO CON DIOS. Nanahan… Nanahan… Nanahan…

(pausa larga)

La huella del Sacrificio queda grabada en nuestro Ser Multidimensional. Durante nuestro Caminar, nos envolveremos con la capacidad de dar, de entregarnos y de vibrar en resonancia con el plan, eso tan Sagrado que no nos derrotará jamás. No existirá nada que pueda vencer a esta cualidad de Amar. Sentimos la gran alegría que ello representa para Dios Padre-Madre. Sentimos la grandeza de nuestro Corazón. Sentimos a toda nuestra Familia unida en ecuanimidad. Nos hemos reencontrado.

(pausa)

El Triunfo del Sacrifico vibra haciéndonos sentir arder la piel. Sentimos el Amor de Dios Padre y Madre. No hay fronteras que nos impidan descubrir nuestro nuevo Hogar. La Voluntad fluye a través de este Todo y desde esa Voluntad, descubrimos como la Obra de la Creación nos impulsa, desde esta novedosa condición.

Hemos trascendido también el 5º Universo. La Raza Raíz Aria, muere definitivamente, finalizando en nosotros. Miramos al Cielo. La Osa Mayor se muestra espléndida. La Estrella Phekda comienza a vibrar con incalculable intensidad. La 5ª Estrella se ha encendido. Podemos verla brillar. Parece que ha crecido. El Sacrificio ha triunfado, tenemos Consciencia para expresar lo más Sagrado. Nuestro Corazón estalla de Dicha. Sentimos como el símbolo del Triple Anillo de la Unicidad nos otorga la más elevada cualidad de Existir tal cual la propia Divinidad.

Nos quedamos celebrando esta íntima conexión con la Totalidad. Nos visualizamos en estado meditativo, formando grandes círculos con nuestros familiares, hermanos y amigos. Dios Padre-Madre nos acompaña. Coloca su mano en nuestra frente y sin más dice:

-           - Seas Bienvenido al Hogar Nanahan.

Aguardamos en silencio, sintiendo profundamente este estado de Gracia…

(pausa larga)

Poco a poco, regresamos al latido del Corazón del Planeta y de ahí a nuestro Corazón. Siendo Uno y Todo a la vez, lo que palpita en nuestro interior.


Respiramos profundamente y conectados con la música, lentamente vamos abriendo los ojos.